martes, 13 de noviembre de 2012

Si algo carece de significado, ¿puede ser arte?


 

      Sentimientos, Arte y Razón


¿Para ti que es bello? ¿Para ti que es arte? ¿Y para los demás? ¿Porque para ti hay cosas que tienen cierto significado que para otros no? ¿Porque lo que otros piensan a veces te parecen puros disparates?, todos somos iguales, todos somos humanos, todos sentimos, pero, ¿porque lo que sentimos tiene diferentes efectos dependiendo de la persona? , ¿Por qué para lo que a ti es bueno puede ser malo para otros? Y ¿Por qué para ti hay cosas que no tienen significado?, ¿lo has pensado?
En la estructura del pensamiento humano ni los sentimientos, ni las emociones, ni las oraciones, ni las palabras, ni las ideas, ni los pensamientos, ni nada tiene sentido por sí solo, es la razón la encargada de clasificar, relacionar y dotar de sentido a todo aquello que pasa por tu cerebro y como todos hemos dotado a nuestra razón y la hemos fortalecido de maneras muy diferentes esta procede de manera única para cada individuo siendo unas más desarrolladas que las otras en ciertos aspectos, por ejemplo, alguien que de pequeño fue instruido en el arte de la escritura puede demorarse menos tiempo realizando un escrito que alguien que en pocas ocasiones practica esta actividad como una cocinera, pero esta cocinera de seguro se demorará menos que el escritor en preparar una cena para cinco , o de seguro un catador de vinos se demorará menos diferenciando un Merlot de  un Malbec que lo que una supermodelo diferenciando una Coca-Cola de una Pepsi. La experiencia enriquece nuestra razón y ayuda a que esta defina ciertas cosas de otras, lo bello de lo feo, por ejemplo. Y es por eso que, por ejemplo, para un filósofo platónico no tiene sentido crear arte o para un ateo creer en dios, porque cada uno ha fortalecido a su razón de manera diferente y hacia trayectorias desiguales y por lo cual aquello en lo que no ha sido fortalecida la razón se vuelve indiferente para el ser que la posee, o ¿de qué le interesaría a un biólogo ir a una charla sobre el descubrimiento de una nueva galaxia o a un filosofo ir a una clase de cálculo integral?
Ahora es importante también tener en cuenta que sin experiencias en ciertas áreas nuestra razón se puede sentir perdida y desubicada y podemos no llegar a entender las cosas que se nos pone delante para probarnos, pero que no entendamos algo o que no lo conozcamos no indica que no podamos entender sino que nuestra razón no está suficientemente desarrollada en el momento para asimilar inmediatamente cierta información y todo los sentimientos y emociones que esto conlleva, como cuando le das a probar a un niño algo dulce por primera vez, está sintiendo un nuevo sabor y en su primer instante todo su ser se inclina por la curiosidad y la razón entra a clasificar, relacionar y organizar y empieza a responder preguntas  como  por ejemplo, como se ha de sentir con eso, el niño está sintiendo algo nuevo, no sabe que es, pero eso no le impide sentir.
Teniendo en cuenta las dos premisas anteriores (La experiencia enriquece nuestra razón y ayuda a que esta defina ciertas cosas de otras, aquello en lo que no ha sido fortalecida la razón se vuelve indiferente para el ser que la posee) y asumiendo como verdad innegable que cuando nos referimos al arte hay que saber que al igual que la belleza, esta está “en los ojos de quien la ve” o más bien, en la razón que la procese, podemos decir que para una persona en particular es arte aquello que haga estremecer a “el corazón” del observador y aunque a veces cuando entendemos el arte somos capaces de sentir, muchas veces sentimos más cuando no entendemos, porque muchas veces lo irracional y lo inverosímil es lo que nos atrae más porque no entenderlo no nos impide dejar de sentir sino que por el contrario nos permite sentir con mayor intensidad la esencia de una obra de arte, y aunque no entendemos muchas veces el mensaje que un artista haya querido trasmitir, no lo comprendemos, pero la obra si llega a causar un impacto en nosotros, simplemente no logramos a entenderlo porque nuestra razón no está entrenada para ello pero nunca la razón ha impedido o va a llegar impedir que alguien sienta.
el arte, con cada pieza en particular, sea esta una canción, una foto, un retrato, un poema, una pintura o una escultura ha de tocar tu corazón, ha de hacerte sentir algo para que para ti sea esta un arte, y como todos no somos iguales,  hay ocasiones en que tu razón no llega a comprender y que además de parecer irracional no llega a producirte emoción o sentimiento alguno y por lo cual tu no lo consideras arte porque el arte no es otra cosa que aquello que es estético y bello que te llega a producir sentimientos intensos, mientras una pieza no lo haga no la llegaras a considerar arte.
Vincent Van-goh tenía como objetivo pintar cuadros que movieran “el corazón de la gente”, es decir, quería que sus pinturas lograran hacer sentir intensamente a muchas personas con sus obras, a la mayor cantidad de gente posible y normalmente a nivel universal la raza humana denomina arte a aquella obra que sea capaz de mover el corazón de miles.
Podemos concluir que en definitiva que no siempre que algo carezca de significado quiere decir que no puede llegar a hacernos sentir algo o que no sea arte, quiere decir que probablemente nuestra razón no está lo suficientemente desarrollada para captar el significado que su autor le dio  en toda su magnitud y a pesar de esta incapacidad del observador es posible que la obra le llega a producir algo indescriptible que haga a su razón catalogarla como arte porque mientras existan sentimientos y/o emociones hay arte. Si, es probable que muchas veces no captemos el sentido de algo o que simplemente a pesar de entenderlo no nos produce nada y para nosotros no sea arte, pero, como “no todo lo que brilla es oro”, tampoco todo lo que se diga ser arte lo es para nosotros pero puede llegar a serlo para otros; normalmente designamos como arte aquello a lo que le encontramos significado, pero hay excepciones, hay veces que hay obras de arte que nos dejan sin aliento y sin palabras a pesar de que no lleguemos a comprenderlas. 

por: Valery F. Serje

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